Mucha gente ignora o prefiere ignorar, que todos los medicamentos provocan, en muchas ocasiones, efectos adversos y reacciones secundarias.
La automedicación, es un problema que esta a la orden del día, en el que el error se produce en muchos puntos.
Desde los laboratorios productores de medicamentos, la industria farmacéutica o el consumidor.
También algo que influye es la publicidad, alguien ve en la televisión un nuevo medicamento y comienza a nacer en el la necesidad de usarlo, “eso me pasa a mi”, “me duele en el mismo sito”. Al ser la mayoría de estos medicamentos vendidos sin receta, como es el caso de la aspirina o el ibuprofeno, los consumidores no dudan en comprarlo, generando un consumo innecesario de medicamentos e incorporando sustancias químicas al organismo, pudiendo provocar efectos nefastos si estos medicamentos se combinan con otros específicos que han sido preescritos por un médico.
Hay dos formas posibles de automedicación.
La automedicación responsable para tratar males menores como dolores de cabeza, resfriados, a través de medicamentos que no necesitan receta médica. También en estos casos hay que tener control y preguntar al medico o farmacéutico en caso de duda y sobre todo si se están consumiendo otros medicamentos de acción específica.
Por otro lado esta la medicación a través de medicamentos que requieren receta médica para su dispensación y que por lo tanto deben ser prescritos por un médico. Como por ejemplo los antibióticos.
La automedicación tiene una serie de riesgos. Como la toxicidad, la falta de efectividad por usarse en ocasiones que no se necesitan, adicción, su interacción con otros medicamentos potenciando o reduciendo el efecto de estos, y una de las más importantes, el enmascaramiento de procesos clínicos graves.
No toda la culpa es de los pacientes, estas situaciones pueden estar causadas también por los médicos cuando hay un gran número de pacientes en la consulta y este receta tratamientos de cantidades elevadas para retrasar la vuelta del paciente y evitar un colapso de pacientes, en otras ocasiones el paciente no tiene claro cuales son sus síntomas ni el médico cual es lo que este padece por lo que elabora un tratamiento muy amplio. Por esto se debe ir al médico con una idea clara de los síntomas que se padecen y tratar de explicárselos de la manera más clara al doctor para asegurarse un buen tratamiento además de seguir siempre las recomendaciones del doctor tomando los medicamentos que se nos indiquen en las cantidades y frecuencia adecuados.
Uno de los puntos más importantes para combatir esta práctica, es la publicidad. Igual que se crean anuncios de medicamentos se deben crear campañas contra la automedicación para hacer consciente al paciente de los peligros que corre.